Por: Janes López.
Toda materia existente en nuestro planeta que posea la capacidad y actividad propia, ya sea biológica y mecánica, requieren para su efecto ciertos componentes que son denominados Energías, como: el vehículo de transporte del combustible, los vegetales de los nutrientes que absorbe de la corteza terrestre y de los rayos solares, lo mismo que los Seres Humanos de los alimentos, no obstante, específicamente, este último, está compuesto por nutrientes de origen variado y distinto, cumpliendo así cada una de proporcionar al organismo humano para su funcionamiento y subsistencia biológica; el aporte calórico proteico que son suministrados por los diferentes nutrientes dadas a través de la ingestión alimenticia cumpliendo así estándares de nutrición como lo recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud), Helsinki: proteínas 15%, carbohidratos 55-60%, grasas y lípidos 30% y fibras 3%, considerando esta como una adecuada nutrición por día en una persona adulta; en efecto, si ellos se recomienda para una ración diaria de una persona adulta normal, se estipula que en las mujeres embarazadas se requiere de manera imprescindible un adicional de nutrientes alimenticias, por ser una etapa de desarrollo y crecimiento del Neonato en gestación, ya que, este, obtiene de la alimentación de la madre los nutrientes necesarios para su desarrollo, de allí es bien sabido que el estado y forma nutricional antes y durante el embarazo influirá en el resultado final del mismo.
El aumento de peso en una mujer embarazada es parte del proceso natural donde se necesita grasa al inicio del embarazo para luego producir leche y amamantar al nuevo ser; posteriormente, luego del alumbramiento irán desapareciendo de manera gradual por la actividad de amamantar, pero el aumento de peso no sólo se debe a la grasa que se acumula, sino también al pequeño mundo donde se inicia y desarrolla el nuevo ser, llamado placenta que viene a ser el sitio principal donde se producen las hormonas que regula el crecimiento fetal y desarrollo materno, como también es el medio de intercambio y proporción de nutrientes, oxígeno y productos de desecho, y; además el volumen de sangre producida por el cuerpo de la embarazada aumenta 1,5 litros aproximadamente.
Es difícil y erróneo establecer normas de nutrición para el aumento de peso exacto, ya que varían en cada individuo dependiendo del estilo de vida, de datos sociodemográficos, antecedentes patológicos y obstétricos, mas bien luego de una evaluación y reconocimiento a inicios del embarazo el médico establecerá una dieta adecuada de acuerdo a la paciente-gestante; sin embargo, se estima que en la gran mayoría el peso de aumento ideal debe oscilar entre 9 a 12 kilos, o como lo recomienda la Nacional Academy of Sienes (NAS, The latest…, 1990) el aumento de peso en la mayoría de las mujeres en este proceso debe oscilar entre 12,5 a 17,5 kilogramos, de 14 a 20 kilogramos en quienes tienen menor peso y 7,5 a 12,5 kilogramos en mujeres con sobrepeso, lo ideal es mejor aconsejar que coman bien y lo suficiente que viene a ser uno de los aspectos importantes que se puede hacer para el bienestar del bebé y de ellas mismas;
por tanto seguir una buena dieta requerirá de considerable responsabilidad, un hábito alimenticio considerándose sobre todo en calidad mas no en cantidad; por lo que la alimentación adecuada para estas etapas deben ser saludables, balanceadas, nutritivas además con aportes extras muy ricas en calorías, proteínas, vitaminas y minerales tales que se encuentran en los cereales como frutas, vegetales, carnes, lácteos y huevos.
Se recomienda el consumo de ácido fólico, vitamina que ayuda a prevenir el riesgo de malformaciones en el sistema nervioso del bebé de 0 a 4 y 1 Mg. Al día, durante todo el embarazo, que dicho sea de paso esto se halla en el tomate y verduras de hojas verdes.
Siendo responsables con los hábitos alimenticios de nutrición y con las reglas de asistir de manera estricta a los controles prenatales, como lo señala el Gíneco-obstetra Napoleón Paredes, los controles permiten diagnosticar alguna patología para solucionarla a tiempo, estos implican, pruebas y análisis de sangre, glucosa, conocimiento de antecedentes clínicos de la madre y exámenes auxiliares como la ecografía para saber con exactitud la edad gestacional y la manera de cómo está implantado el bebé, sirviendo todo ello para darle a la futura madre recomendaciones que sean necesario en su caso.
Las ventajas que se generarían luego de la actitud positiva frente a las recomendaciones serán bastante beneficiosas para la salud del niño y de la madre evitando así abortos, anemia, toxemia, partos prematuros, talla y peso del niño por debajo de los estándares + (2,50 Kg.) entre otras complicaciones.
Estudios nutricionales en mujeres embarazadas han demostrado su relación definida entre la dieta materna y el estado del niño al nacer; lo mismo que la omisión a las recomendaciones son originados por una dieta insuficiente; debiéndose además evitar el consumo de sustancias nocivas y dañinas como: golosinas, por carecer de nutrientes, alimentos chatarra por contener exceso de grasa, gaseosas porque no aporta mas que azúcar, alcohol, cigarrillos, cafeína y el consumo de cualquier pastilla sin consulta previa por el médico.